lunes, agosto 09, 2010

¿Un príncipe azul o un sapo de por vida?

Si buscamos por Google “príncipe azul, nos dirá Es un príncipe que va al rescate de la dama en apuros y típicamente debe emprender una búsqueda para liberarla de un malvado hechizo”.

¿Cuántas veces hemos caído en creer en las películas Disney cuyo final es uno feliz por siempre?

Sabemos que en la vida tenemos que pasar por un sinfín de experiencias para que nos formemos como personas. Solo a veces esas experiencias por muy “color de rosas” que hubiesen sido, lo rosa termina en negro, o combinémoslo mejor con blanco… para que así quede plomo, y no sea tan, tan negativo.

Creemos en el primer chico que nos dice las palabras más lindas que podemos oír, que nos promete el sol, la luna, el espacio completo para nuestra felicidad, pero al final ¿qué sucede? Te abandona, te engaña o termina la relación “perfecta”, ¿Por qué?, porque cambiaste, revelaste que eras “celosa”, si continuaba no resultaría… y siempre, siempre la chiva… “no eres tú, soy yo”.

Quizás podemos caer muchas veces creyendo en el “amor verdadero”, creyendo que “eres la amada”, “la mujer perfecta para él”… pero NO. Y ya basta con estupideces de porquería. El amor si existe, existe de forma temporal, te enamoras, dura un par de meses o un año, pero cuando la cosa ya es costumbre, deja de ser amor.

¡Cuántas veces soportamos engaños, abandonos! Y tontas seguimos enamoradas y capaces de perdonar todo de “ese príncipe azul”.

La pregunta ahora es, mujeres… ¿Somos capaces de amarnos a nosotras mismas y ser dignas alguna vez en nuestras vidas?, ¿dejar de lado a ese hombre que nos daña?, ¿Qué somos capaces de dejar de lado la costumbre por nuestra felicidad?

Honestamente y de forma personal, creo que preferiría un sapo a tener un príncipe azul que me rescate en un momento de mi vida crítico, para que pasen solo unos meses de felicidad y vida “perfecta”. Al menos un sapo lo tengo para toda la vida, se queda callado en algún lugar de mi casa.

A veces debemos tomar decisiones de forma egoísta, y pensar en un minuto por uno mismo. Aunque siempre como mujeres SIEMPRE DIGNAS.

No quiero parecer de algún movimiento feminista, pero la verdad, es esta. Si hay un final feliz, es el que creamos nosotras mismas, cuando se empieza a amar a uno mismo y cuando queremos ser felices por nuestra cuenta, sin importar lo que suceda. Cuando empiezas a levantar la mirada y decir… yo quiero, YO PUEDO. Sin la necesidad de estar con alguien al lado que te llene de mentiras diciéndote un “Te amo” irónico, entre dientes, y lleno de mentiras detrás.

Solo hay que creer en uno mismo, tener un poco de amor propio para empezar a querer. Y cuando escuches un “te amo” escúchalo con atención. Que te demuestre que ese amor es verdadero, uno verdadero es capaz de luchar por ello, para no perderlo. Uno falso, solo juega y se enreda cobardemente entre mantas para ocultarse lo más que puede, sin luchar por nada ni nadie, ni por él mismo.

Así que, si quieres empezar a Amar, Amate. Ese es el secreto a voces de todo ser humano.